— Nota publicada el 14 de noviembre de 2019 —
Ana Castellani, directora del Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA) e integrante de Agenda Argentina, protagonizó un nuevo encuentro del Ciclo Repensar la Política, en el cual propuso pensar la pregunta ¿Por qué Argentina que tiene todo para ser un país mejor de lo que es, no logra serlo? y su relación con las elites económicas y políticas.
La socióloga e investigadora de CONICET señaló que las elites económicas tienen rasgos “bastantes perniciosos para la construcción de un desarrollo sostenido”. En la historia de nuestro país, existe una relación entre los sectores políticos y la elite económica. A partir del 80, se articulan de tal manera que incluso en gobiernos que llegan por el voto popular mayoritario “las políticas que se implementan favorecen a la elite económica empresaria”. En 2008 esa hegemonía cambia, y luego de la crisis de 2001, “que terminó casi con una disolución de nuestra clase política en su vínculo con gran parte de la ciudadanía, aparece la idea de que con la política hay que recuperar la conducción de la economía”, sostuvo la investigadora.
Castellani aseguró que hay un debate en torno al rol que cumplen esas elites empresariales en la explicación del subdesarrollo argentino. “La gran pregunta que se plantea es ¿qué pasa con Argentina que tiene todo para ser un país mejor de lo que es y no logra serlo?. Ahí surgen varias hipótesis. Se plantea que el problema son los trabajadores, los sindicatos o los partidos que los representan (el peronismo). También aparecen los políticos como responsables, las ideas de una población que pretende vivir por encima de sus posibilidades. Los distintos sectores de derecha han hecho el intento de ver cómo terminan con esa Argentina equivocada. Estas experiencias no lo resolvieron, dejándola cada vez peor, e instalando la idea de ciclo”.
“En Argentina, de la población adulta, ni el 25 % terminó una carrera universitaria. En el caso de las elites, la tasa de graduación supera el 80%. En Argentina, tenemos un sistema público y gratuito, y eso ha permitido que muchas personas llegáramos a tener credenciales educativas muy altas. Las elites políticas pudieron ser más plebeyas, permitiendo no solo movimientos sociales ascendentes sino integración de las elites más heterogéneas”, explicó.
En otro orden, la investigadora ponderó también la importancia de que existan estos espacios de debate “porque estoy convencida que las universidades son vectores de desarrollo que no solo sirven para garantizar cierta movilidad ascendente sino que también se produce conocimiento, se transfiere, se incide mucho sobre la realidad del territorio y aunque no se termine la carrera, el paso por la universidad nunca te deja igual que antes”.
Del encuentro participaron además el rector Ernesto Villanueva, autoridades de la universidad, docentes, Nodocentes y estudiantes.