Por Lic. Laura Berardo, Docente coordinadora de Teoría de la Intervención III UNAJ, Subsecretaria del Desarrollo Humano Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
La pandemia del coronavirus nos convoca, esencialmente, a cuidarnos y cuidar a les otres para garantizar los derechos esenciales e inalienables de la salud y la vida.
Informarnos sobre el desarrollo mundial de la misma, su impacto en la dinámica de las sociedades de nuestra región, el estado sanitario de nuestras poblaciones y ser parte de las medidas de prevención, contención y mitigación para reducir la trasmisión del virus es una responsabilidad ciudadana.
El sostener el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio, respetar las medidas de distanciamiento físico y de higiene construyendo consciente, solidaria y colectivamente las condiciones para que en cada espacio privado y público que transitamos se cumplan, es una forma de ser protagonistas junto a las autoridades políticas y sanitarias delgarantizar que enferme la menor cantidad de personas posible.
Pero quienes intervenimos o nos preparamos para intervenir en las relaciones sociales con enfoque de derechos, observamos que es complejo dar batalla al nuevo coronavirus que infectó en el mundo a 1,6 millones de personas y mato 100138 (10/4/20), con el estado de situación que nos dejó el gobierno anterior que profundizo la desigualdad social y debilitando el rol integrador del Estado.
Los resultados que obtengamos, claramente van a responder a las decisiones políticas que prioricen los gobiernos y a la capacidad de comprensión y accionar colaborativo del entramado social.
#CuidarteEsCuidarnos
Esta consigna oficial nos invita a re reflexionar sobre que significan “los cuidados”, cómo se desarrollan, quiénes los desarrollan, hacia quiénes se dirigen, cuánto refiere a lo individual y cuánto a lo colectivo, cuanto es una responsabilidad del seno de lo familiar, las mujeres, vínculos cercanos o políticas del estado.
Desde los espacios feministas y nuestros nuevos ministerios de las mujeres géneros y diversidades, nos encontrábamos viendo la importancia de instalar en la agenda pública la necesidad de construir las políticas de cuidados con perspectiva de género para redistribuir los usos del tiempo y los recursos en lo público y lo privado, entre varones y mujeres, en relación a este tipo de tareas hacia quienes tienen la necesidad de una protección mayor por su condición de ser niñe, adulta/o mayor o transitar un problema de salud que implica alguna dependencia.
Las acciones requeridas para enfrentar la pandemia impuso con mayor relieve el debate cuando nos interrogamos: cómo hacer para garantizar las medidas de aislamiento que protegen la salud de todes sin poner en riesgo la supervivencia y la resolución de las necesidades básicas de los sectores más vulnerables por ser grupo de riesgo o por su actual condición social, etárea o de género.
Pensar y ejecutar las políticas de cuidado integralmente con alto protagonismo del Estado en relación con las redes comunitarias y reconociendo la importancia de garantizar derechos a quienes tienen menos posibilidades de acceso y autonomía, es una perspectiva que a diferencia de otros países latinoamericanos como Brasil, Bolivia, entre otros, o centrales como EEUU, se impuso en la Argentina.
El tener que actuar urgentemente para atender y mitigar los efectos de la pandemia ha hecho emerger multiplicidad de problemas sociales que interpelan procesos de asistencia, funcionamiento institucional y paradigmas sociales, culturales, sanitarios y económicos en los que se enmarcan.
Pensar la política de cuidados en profunda articulación con los sistemas de protección social que en argentina se expanden y contraen según modelos más estatistas o más liberales es un desafío a abordar. Afrontar dicho desafío, con un gobierno que en plena crisis socio sanitarias ha priorizado la salud de la población y la inversión social por sobre los intereses especulativos de sectores económicos concentrados, financieros y mafiosos que endeudaron letalmente al estado argentino y a las y los ciudadanos argentinos, es una oportunidad.
Inversión Social y Sanitaria es Cuidar e Integrar
En EEUU, país profundamente neoliberal y con sus sistema de salud mercantilizado, en dos semanas se infectaron con coronavirus 470612 personas y fallecieron 16739. En Argentina, ante un sistema público de salud debilitado, se extendió la emergencia sanitaria el 14 de marzo y el 19 se inició el aislamiento obligatorio, se infectaron 1 894 personas, fallecieron 79.
Estas vidas afectadas, que estadísticamente se sintetizan en números, son resultados de decisiones gubernamentales que merecerían ser analizadas.
En esta breve nota tan solo llegaremos a destacar, que el gobierno nacional Argentino, con el comité interministerial para el abordaje de la pandemia del Covid 19, reconociendo un contexto de complejidad económica heredada por los niveles de endeudamiento y recesión del mercado interno, con un 35, 2% de pobreza (2do semestre 2019) y un 40% de informalidad laboral, durante el medio mes de marzo y de abril, tomo aproximadamente 60 medidas Covid -19 anunciadas mediante Boletín Oficial.
Las mismas, en el marco de la cuarentena, se dirigen a proteger la salud de la población en su sentido más amplio (bienestar físico, mental y social), fortaleciendo el sistema sanitario con un Fondo Especial Covid 19 de $1700 millones, ampliando la asistencia alimentaria directa en 38.700 millones que se suma a los $60000 millones invertidos en la tarjeta Alimentar y fortaleciendo los sectores más vulnerables con bonos extraordinarios de $3000 pesos para las jubilaciones mínimas , las AUH y las AUE, un Ingreso Familiar de Emergencia de $10 0000 para aquellos sectores informales que no pueden trabajar debido al aislamiento, licencias con goce de sueldo y trabajo remoto para el sector público, prohibición de despidos por 60 días, un fondo de garantía de $30 mil millones para las Pymes, prohibición de aumentos de precios y de cortes de servicios, entre otras.
Sabemos que la inversión económica en los sectores vulnerables genera mayor equidad pero para que esta sea efectiva hacia reales políticas de justicia social; desde las ciencias sociales, desde las abordajes institucionales integrales y desde las acciones territoriales tenemos que tener capacidad de comprender que la igualdad de oportunidades se construye según cada contexto, cada territorio, practica cultural. Que la igualdad de oportunidades para garantizar la salud y el desarrollo humano no solo es económica, sino que también es acceso a la información y a la educación , es reducir las violencias, es mejorar las condiciones de habitad, es poder trabajar en el entorno cercano y con las capacidades propias.
En los barrios populares poder hacer frente a la pandemia en el marco de las recomendaciones dadas por nuestro gobierno, requiere de la participación ciudadana para construir estrategias comunitarias donde el aislamiento preventivo y obligatorio no obstaculice el derecho a la alimentación, a la educación, a la salud, al ingreso, a la recreación
Por eso se necesita la solidaridad del comedor comunitario, la institución que facilita el acceso a las tareas escolares remotas, los operativos barriales de vacunación, las changas en el barrio, los espacios para la niñez.
En los barrios con vulnerabilidades, para lograr la cuarentena y cuidar la salud la solidaridad comunitaria es fundamental, y que la misma esté articulada por el estado es imprescindible para ganarle al coronavirus y a la desigualdad. Por eso también decimos #QuedateEnElBarrio.