Por Adriana Aguinaga, Docente de la Cátedra Trabajo Social II – Licenciatura en Trabajo Social; Docente Seminario Educación en Entornos Virtuales – Facultad de Trabajo Social UNLP; Miembro de la Comisión de la Dirección de EaD, Innovación en el Aula y TIC de la UNLP; Maestranda en Procesos Educativos mediados por Tecnologías – UCN
Algunas notas para seguir pensando la virtualización de las clases a partir de la interpelación de docentes y estudiantes.
Nos acercamos nuevamente con la idea de seguir aportando a la reflexión sobre este proceso de virtualización de clases que estamos llevando de manera muy acelerada en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata.
La mayoría de las cátedras, avanzaron en el proceso de matriculación durante esta semana… y ahora tenemos un gran desafío: “sostener” a les estudiantes en las aulas virtuales, blogs de cátedras u otras propuestas mediadas por tecnologías que con mucho esfuerzo estamos diseñando y planificando.
Aquí, le tenemos que dar gran relevancia el término “sostener”… y pensamos en “sostener los procesos de enseñanza y de aprendizaje desde otro lugar”, desde el lugar que nos impone el encierro, la imposibilidad de encontrarme con el otre cara a cara… pero fundamentalmente, desde la posibilidad de seguir garantizando derechos. Y partimos de esta premisa, junto a Teresa Lugo, cuando refiere que el acceso a la tecnología garantiza el derecho a la educación y que unido a esto se presenta otro gran desafío, que es adquirir las competencias tecnológicas necesarias para garantizar el derecho a la educación… y en este camino estamos todes inmerses.
Cecilia Sagol, plantea que hoy se nos presenta el siguiente interrogante: ¿Cómo enseñar en contextos de emergencia?
Hoy la coyuntura nos permite pensar la continuidad pedagógica a través de la tecnología…
Pero por otro lado, no estamos ajenes a algunas publicaciones que hemos leído en las redes acerca de este proceso de virtualización masiva de la educación que estamos vivenciando. Por supuesto, que nos interpelan porque representan las voces de nuestres estudiantes y lo que están/estamos sintiendo durante estos días cargados de incertidumbre, miedos y angustia tanto respecto a lo que nos genera la pandemia como al sacudón que nos produce saber que tenemos que dar clases en un escenario nuevo y diferente…un escenario para el cual no estábamos preparados…pero que además deja al descubierto preconceptos, rechazos y falta de empatía con esta forma de enseñar y de aprender que pone en tensión nuestras certezas respecto a las formas de enseñar que venimos reproduciendo desde nuestras trayectorias educativas…
Una de las tantas publicaciones que circularon, decía: “Vengo a decir que las aulas web ni blogs sirven para aprender…” Más allá de discrepar absolutamente con esta idea, nos pareció de una gran valentía que una estudiante pudiera plantear esto e interpelar esta nueva forma de hacer nuestro trabajo docente…
¿Qué opinan? ¿Acuerdan con estas líneas? ¿Qué les produjo leer esto? ¿Hasta qué punto coincidieron con ella? Inmediatamente, surgió el alerta acerca de hasta qué punto o en qué medida esta idea se hace presente o nos interfiere como equipos de cátedra, al momento de planificar nuestras clases virtuales…
Junto a estos interrogantes, hay algunas sugerencias:
- No intentemos reproducir lo que hacemos en nuestras clases presenciales en el aula virtual. No son los mismos tiempos ni les mismes sujetes…aquí entra en juego el concepto de “sujeto inesperado” que tanto trabajamos desde nuestra profesión de la mano de nuestro querido Alfredo Carballeda.
- Apelemos al concepto de “ubicuidad”. Se aprende y se enseña en todo momento y lugar. Burbules nos da muchas pistas para pensar esta categoría. Es muy interesante leer sus producciones. No esperemos que les estudiantes respondan los foros o entreguen los trabajos en las mismas horas en que damos clases en el aula de la facultad.
- Propongamos consignas claras, convocantes e interesantes y organicemos bien los tiempos. Es imprescindible poder planificar cada una de las propuestas que llevamos al aula virtual. Pensemos si con esas actividades, ¿reforzamos contenidos o enseñamos contenidos nuevos? Pensemos qué objetivos pedagógicos están detrás de cada propuesta.
- No abrumemos a les estudiantes con actividades y gran cantidad de textos. Como dice Mariana Maggio, tecnóloga educativa, no apelemos al “revoleo de pdf”.
- Orientemos a les estudiantes en el manejo del aula, hay competencias digitales que deben adquirir para moverse dentro de ella y poder dar respuesta a las actividades que les proponemos. Ustedes también contaron con un tiempo de familiarización y semanas de preparación.
- Pensemos también, en cómo llegamos a aquelles estudiantes de cada una de las cátedras que no tienen acceso a la tecnología, tratemos de saber quiénes son, estar cerca por otros medios…trabajemos en ello, en conjunto y de manera institucional como lo venimos haciendo.
- Expresemos nuestras dudas e inseguridades sin temor, no nos quedemos encerrades en la imposibilidad de decir lo que sentimos; hay muches docentes y profesionales que hace años están formándose en esta modalidad con una vasta experiencia y trayectoria y podrán tendernos una mano y orientarnos para poder sortear los obstáculos que se nos van presentando.
- Sabemos que juntes somos más potentes, potenciemos las redes de colaboración y contención entre cátedras para afrontar la “pedagogía de la pandemia”.