— Nota publicada el 3 de febrero de 2017 —
La Dra. Silvia Kochen, Directora de la Unidad Ejecutora de Estudios en Neurociencias y Sistemas Complejos (ENYS) recibió una beca del Global Brain Health Institute (Instituto de Salud Global de un Cerebro Saludable – GBHI) para entrenarse en temas vinculados con la investigación y la asistencia a pacientes con demencia, durante los meses de enero y febrero del 2017, en el Trinity College, de Dublín, Irlanda.
En este marco la directora del ENyS, unidad dependiente de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UANJ), el Hospital El Cruce Néstor Kirchner (HEC) y el CONICET, profundizará la nueva línea de investigación que desde 2015 se desarrolla en el área de los consultorios externos destinados a la población de pacientes pertenecientes al PAMI, denominado AMI, del Hospital El Cruce, y en el área de investigación en los laboratorios del Centro de Medicina Traslacional (CEMET), con sede en el hospital.
La prestigiosa institución de Irlanda ha creado recientemente una red internacional de líderes en cerebro saludable con el objetivo de trabajar para reducir la escala y el impacto de la demencia en el mundo mediante la capacitación y el apoyo a una nueva generación de científicos para lograr trasladar las evidencias de la investigación en políticas y prácticas efectivas.
Uno de los programas que ha comenzado a impulsar, en consonancia con el objetivo planteado, es la creación de becas para el fortalecimiento de esta red de investigación y asistencia.
«Sin duda, esta experiencia resultará beneficiosa para establecer futuros trabajos de colaboración con los diferentes actores en estas líneas, y por otra parte contribuirá a fortalecer las nuevas áreas de investigación. Lo más importante, será una valiosa ayuda para brindar una atención de excelencia a esta población de pacientes», manifestó Kochen.
Envejecimiento poblacional y demencia
El inicio de esta línea de investigación responde la actual realidad a la que se enfrentan hoy las neurociencias producto de fenómenos asociados al envejecimiento poblacional, entre los cuales el aumento de los casos de demencia en adultos mayores es una de sus consecuencias más notables.
Se estima que para el año 2050 la población mundial mayor a 60 años será de 2 billones de habitantes. La Demencia afecta a más de 46.8 millones de individuos globalmente. Se espera que el número de personas afectadas será del doble cada 20 años, llegando a 131.5 millones en el 2050.
El costo total estimado de la demencia en todo el mundo fue de 604.000 millones de dólares en 2010, será de 1 billón de dólares en 2018 y de 2 billones de dólares en 2030.
Entre 2015 y 2050, se prevé que el número de personas mayores que viven en países de altos ingresos aumentará en un 56% y en los países de bajos ingresos
El aumento será de un 239%.
Para el año 2050, el 68% de todas las personas que viven con demencia vivirá en países de ingresos bajos y medios. Los costos directos de la atención médica representan aproximadamente el 20% de los costos totales, mientras que los costos directos del sector social y los costos de atención informal representan aproximadamente el 40%.
Investigación para la prevención y el cuidado
Las personas viven muchos años después de la aparición de los síntomas de la demencia. Con el apoyo adecuado, muchos pueden y deben ser capaces de seguir participando y contribuyendo en la sociedad, y tener una buena calidad de vida.
Cuidar a las personas con demencia presenta profundos retos para las familias y la sociedad, la creciente carga global está subestimada.
Actualmente no se conoce la prevención, cura o tratamiento efectivo para la enfermedad. Un enfoque de salud pública que aborde factores de riesgo como la hipertensión y el colesterol, el tabaquismo, la dieta, el sueño, el ejercicio, la depresión y el compromiso social e intelectual, podría prevenir una proporción sustancial de nuevos casos de demencia.
Diferentes investigaciones han demostrado que si se controlan estos factores se podría prevenir hasta el 30 por ciento de los casos de demencia proyectados en todo el mundo en las próximas dos décadas. Se necesitan intervenciones interculturales, transnacionales y a escala que trabajen en diferentes regiones. Un nuevo grupo de líderes que comparten habilidades, conocimientos y trabajo intenso puede cambiar fundamentalmente la trayectoria de la demencia, local y globalmente.