— Nota publicada el 18 de abril de 2023 —
Un paciente fue intervenido quirúrgicamente en su pierna para reemplazar una parte de su fémur con un hueso que se obtiene de un banco de tejidos. Para esta intervención, se diseñaron e imprimieron las primeras guías quirúrgicas de material biocompatible en el Laboratorio de Biomodelos e Impresión 3D que funciona en la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ). La operación se realizó en el hospital de alta complejidad “El Cruce – Néstor Kirchner” de Florencio Varela.
Los diseños que se imprimieron en la universidad fueron utilizados por el servicio de Ortopedia y Traumatología del Hospital El Cruce para seccionar el fémur de un paciente y reemplazar la parte seccionada por un hueso de banco, ambos cortados con gran precisión gracias al uso de las guías.
“Sin las guías, los especialistas debían cortar el hueso con una sierra ´a ojo´. La guía de corte quirúrgica es una pieza que se diseña para que apoye en un lugar particular del hueso y cuenta con ranuras para colocar la sierra en el ángulo específico de corte. De esta manera, se obtiene un corte más exacto ya que se planifica previo a la cirugía y se reducen los tiempos de intervención”, explicó el ingeniero Fernando Ballina, coordinador de la carrera de Bioingeniería de la UNAJ.
Las guías quirúrgicas son un elemento protético personalizado que permite colocar los implantes luego de un estudio y una planificación previa y hacerlo de forma cuidadosa y precisa. Las mismas fueron confeccionadas con una impresora de 3DGence, que se encuentra en el laboratorio, utilizando polieteretercetona (PEEK), que es un polímero altamente resistente, termoestable y muy maleable, compatible para estar en contacto con el interior del cuerpo humano.
“Las guías las utiliza el cirujano en el procedimiento quirúrgico para que el corte del hueso se realice de la manera más prolija y precisa posible con la finalidad de garantizar un corte limpio. Las guías se imprimen para asegurar la zona de corte y son biocompatible para garantizar que el paciente no sufra ninguna infección con el uso de ese elemento. Luego del corte que realiza el cirujano, al paciente se le va a anexar otro hueso. Es decir, al fémur se le implantó un hueso que se obtuvo de un banco de tejido”, remarcó el ingeniero Ezequiel Mazzoni, subcoordinador de la carrera de Bioingeniería en la UNAJ y director de Infraestructura y Tecnología del hospital.
Por su parte, Ignacio Marolla, docente de Bioingeniería y Jefe de servicio de Ingeniería Clínica del hospital, destacó que “se trató de un trabajo de varias semanas en conjunto con los cirujanos, donde se obtuvieron los biomodelos digitales del fémur del paciente y del fémur de banco, y se fusionaron digitalmente para evaluar las zonas de corte. Luego se imprimieron biomodelos y guías de corte de prueba para comprobar físicamente los cortes y la compatibilidad de la unión. Una vez definidas las zonas de corte finales, se rediseñaron las guías y se imprimieron en PEEK para su uso quirúrgico”.
El hueso de banco es un hueso de un donante que se guardó en un banco de tejidos y se utilizó para reemplazar la parte del hueso cortada. También hubo que cortarlo con una guía para que el pedazo del hueso de banco coincida con el pedazo cortado del paciente de la mejor forma posible para no afectar los movimientos de la pierna y el caminar. Los especialistas aclararon que la pieza se apoya sobre el hueso del paciente expuesto por lo cual se esteriliza para no infectar y además es biocompatible, es decir que si se genera algún residuo del material durante la cirugía el cuerpo no lo rechaza pero tampoco se ve afectado.