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— Nota publicada el 3 de abril de 2019 —

“Sentí un gran orgullo porque fueron 5 años de esfuerzo estudiando, rindiendo parciales y finales. Y muchísima felicidad de mi familia porque soy la primera que se recibe en mi casa”. La flamante ingeniera Melodi Madrid, primera mujer egresada de Ingeniería en Petróleo de la UNAJ, cuenta las emociones y la gran motivación que la llevó a estudiar en el ámbito universitario y a incentivar a que su hermano también comience a estudiar ingeniería en la Jauretche.

¿Qué te motivó a estudiar en esta universidad?

Yo quería estudiar ingeniería y en la UNAJ. Entonces busqué todos los planes de estudio y esa rama es la que más me llamó la atención. La elegí por la cercanía y porque en la escuela donde iba,  fueron tres ingenieros a promocionarla, comentaron cómo era la universidad y me entusiasmó. Antes estuve dos años en el profesorado de Matemática, quizás porque la primera imagen que tenés de un profesional en la escuela es la del profesor. Pero después me di cuenta que no estaba siendo feliz, no iba entusiasmada. Y cuando terminé de rendir el último final, vine directo para la UNAJ. Así arranqué en febrero de 2014 y desde ese momento me propuse no atrasarme en ninguna materia, no tener aplazos.

¿Qué experiencias fuiste viviendo durante estos años en la UNAJ?

Desde que arranqué me sentí acompañada; no me sentí como un número. Tuve la satisfacción de conocer a los coordinadores. En segundo año yo ya estaba en contacto con ellos y con el ámbito de la industria petrolera.

En relación al trabajo en Fundación YPF, ¿cómo fue esa experiencia?

Con los compañeros que egresamos este año tuvimos la posibilidad de hacer un viaje con YPF a Comodoro Rivadavia y a Las Heras, en Santa Cruz, para realizar prácticas profesionales supervisadas. Las hicimos en campo, tuvimos tres semanas de experiencia laboral. Esa experiencia nos permitió tener cercanía con las personas de Recursos Humanos de YPF y a raíz de eso tuvimos una reunión y acordamos que en cuanto nos recibiéramos nos contactaríamos con ellos.

¿Qué fue lo que más te gustó o resultó  más interesante de la carrera?

La vi muy desafiante porque es una industria que se conoce como una industria para hombres y entonces me dije “por qué solamente hombres, las mujeres también podemos estar ahí”. Y también porque conlleva poder viajar, estar en otros lugares, en campo, no solo en una oficina.

¿Qué le dirías a las futuras ingenieras para motivarlas?

Para las que ya están estudiando, que continúen. No es solo una industria para hombres,  nosotras podemos estar, pertenecer y estamos igualadas, no nos tenemos que sentir inferior. He tenido experiencias que muestran que todavía no está muy implementado que haya mujeres en campo. Tuve distintas experiencias, algunas incómodas pero me dije “hay que seguir, no hay que bajar los brazos”. Y otras en que se ponen contentos y te alientan a que te animes. Por eso animo también a las que tienen ganas porque es una industria que está cambiando mucho.

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