— Nota publicada el 24 de abril de 2018 —
“Quienes más trabajamos para que haya menos abortos somos las feministas, porque queremos poder cuidarnos en libertad, decidir tener una sexualidad y que la maternidad no sea un destino ni una condena por nuestra sexualidad, sino producto del deseo”, aseguró Estela Díaz, activista feminista y secretaria de Género de la Confederación de Trabajadores Argentinos, quien encabezó la mesa debate sobre la legalización y despenalización del aborto que se realizó en la UNAJ.
En pleno debate en comisión en la Cámara de de Diputados de los proyectos sobre la interrupción voluntaria del embarazo, la UNAJ propuso una mesa debate desde diversas perspectivas para ampliar la discusión sobre una temática polémica y de gran relevancia social.
Estela Díaz, referente de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito que propuso uno de los proyectos en tratamiento, fue una de las principales oradoras. “En las exposiciones en contra al proyecto hay profundas y violentas agresiones y discriminación contra las mujeres”, aseguró. “Lo que está en el fondo del debate es la sexualidad humana, un tema históricamente tabú que ha sido monopolizado, en nuestros países, por la visión de la iglesia católica”.
Sobre la despenalización, la secretaria de Género de la CTA sostuvo que “más allá de la posición que uno tenga, no se resuelve con el Código Penal, que se ha demostrado ineficaz. Se resuelve desde la sociedad y llegar a la práctica del aborto desde nuestro sistema de salud” y enfatizó que “las mujeres cuando nos encontramos ante el dilema de un embarazo no deseado, no pensamos en el Código Penal. Lo que hacemos con el debate del cambio de la ley es pretender reconciliar la legislación con la práctica histórica social de las mujeres frente a un embarazo no deseado”.
Díaz manifestó además que «se quiere imponer la maternidad como un destino» y afirmó que «la clandestinidad del aborto es violencia contra las mujeres».
Sobre los argumentos en contra de la legalización y despenalización, la activista señaló: «Nos plantean que los demos en adopción, salvemos las dos vidas. Este es argumento profundamente discriminador, clasista y sexista. Porque decir que continúen el embarazo solo se puede decir a mujeres pobres. Usar como instrumento el cuerpo de una mujer como vía para que una familia resuelva el tener hijos es de una violencia brutal. Es un argumento que nos desprecia profundamente».
En nuestro país se realizan 2 mil abortos por día
Participó también de la actividad Martín Silberman, docente y coordinador del ciclo básico de salud y de posgrado del Instituto de Ciencias de la Salud, quien ofreció un panorama de la práctica del aborto desde la perspectiva de la salud pública y señaló que “penalizando el aborto no se logra que se reduzcan los abortos”.
Silberman se refirió dos estudios que se han hecho en nuestro país sobre el número de abortos. “Varían entre 460 mil y 600 mil abortos por año, los cuales no están registrados porque se producen en la clandestinidad. Esta estimación se logró a partir de dos trabajos que el mismo Ministerio de Salud solicitó se hiciera. Tenemos alrededor de 2 mil abortos por día”.
Sobre la legalización y la práctica clandestina, señaló: “En una publicación científica, una de las más prestigiosas en salud, salió un informe en el primero hace una diferenciación entre países desarrollados y países en vías de desarrollo. En los agrupados en los desarrollados, en la mayoría hay una legalización de algún mecanismo para la práctica del aborto. Y en estos se observa que entre 1990 a 2014 se redujeron la cantidad de abortos, mientras que en los países donde el aborto se mantiene en la clandestinidad las tasas de mantienen constantes”.
La mesa debate estuvo coordinada por María Pozzio, docente del Instituto de Ciencias de la Salud, quien recordó que el Consejo Superior de la UNAJ aprobó en marzo una resolución de adhesión al Proyecto de de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo presentado en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina. También participaron miembros del Equipo del Programa interdisciplinario de Residencias Integradas (PRIM) de Florencio Varela.