Elisa Mbango y Euclidia Simão, alumnas de las carreras de Medicina y Trabajo Social, respectivamente, relataron en la radio de la universidad su experiencia como estudiantes de la UNAJ. Sus palabras repasan el motivo que las trajo desde Angola a Argentina y en ellas se refleja el agradecimiento por la posibilidad que les está dando la universidad.
Llegadas a nuestro país hace tres años desde la provincia de Moxico, en el extremo este de Angola, Elisa y Euclidia buscaban un lugar donde hacer realidad su intención de acceder a una formación universitaria. Las unía con Argentina el vínculo establecido por misioneros que realizan labor solidaria en el país africano, asolado por una larga guerra civil que se extendió entre 1975 y 2002.
En sus primeros tiempos en la UNAJ tuvieron algunas dificultades para adaptarse desde su lengua portuguesa natal al castellano. Sin embargo, las dos estudiantes destacan la ayuda que recibieron tanto de sus compañeros como de los docentes, que las apoyaron solidariamente para que estos obstáculos iniciales no impidieran la continuidad de sus estudios. Gracias a esta ayuda y a su propio empeño para seguir adelante, Elisa y Euclidia ya llevan aprobadas una decena de asignaturas en sus respectivas carreras. En paralelo, realizan trabajo solidario en un hogar de niños de Quilmes, donde también residen.
Ambas resaltan que la UNAJ les ofreció la posibilidad de acceder a una educación pública de calidad, no arancelada e inclusiva, y no ocultan su gratitud hacia la universidad y hacia Argentina por brindarles esta oportunidad. A miles de kilómetros de Angola, Elisa y Euclidia dicen que en la universidad encontraron estudiantes, profesores y nodocentes que desde el primer momento las recibieron con los brazos abiertos y día a día las hacen sentir parte de la comunidad universitaria de la UNAJ.
