— Nota publicada el 9 de junio de 2022 —
El sistema de becas de la Universidad Nacional Arturo Jauretche forma parte de una política de inclusión, entre otras, orientada a que las y los estudiantes accedan a una educación superior de calidad, permanezcan en la carrera elegida y puedan finalmente graduarse. Las experiencias de las y los becados dan cuenta de la importancia de este acompañamiento para generar profesionales e investigadores que aporten a mejorar la calidad de vida de nuestra región.
La asistencia del Estado a través del sistema de becas para estudiantes de nivel educativo superior desde 2011 a 2021 ha crecido en nuestra universidad. Además, debido a que el promedio de edad de los y las estudiantes regulares es de 29 años -promedio bastante alto considerando que entre los requisitos para la renovación de las becas nacionales hay un límite de edad de 30 años- la universidad decidió responder a esta situación y ofrecer una cobertura con fondos propios para el sector del estudiantado al que las becas nacionales no llegan.
Lucas Soria es estudiante de 4to año de Ingeniería Industrial, beneficiario de la Beca Manuel Belgrano, desde 2021. Él cuenta que se enteró de la beca a través de la Universidad y del Gobierno Nacional y tuvo “la suerte de quedar entre tantos postulantes, por estudiar una carrera estratégica, y a partir de una evaluación socioeconómica y académica”.
El programa de Becas Belgrano es un sistema de becas para promover el acceso, la permanencia y la finalización de estudios de grado y pregrado en nueve áreas de política pública consideradas claves para el desarrollo económico del país y la igualdad social. Se orienta a carreras de 9 áreas estratégicas como alimentos, ambiente, informática, energía convencional y alternativa, gas, transporte, petróleo, con la intención de reforzar la formación de profesionales en estos sectores, permitiendo la vinculación entre las universidades públicas, el sistema tecnológico productivo y el mercado laboral.
Lucas opina que para el estudiante que sigue este tipo de carreras, es “una ayuda es muy importante”, porque primero les permite reducir la jornada laboral y focalizarse más en los estudios. Además asegura que la propuesta de esta beca es “muy interesante” no solo por la ayuda económica, sino porque “tiene intención de vincular la universidad con las empresas o a los ámbitos en los que el estudiante quiera desempeñarse a futuro”.
“Cuando concluya mi carrera, tengo muchas expectativas, pero lo primero que quisiera es insertarme en el mercado laboral en el país. Yo soy de las personas que cree que una vez terminada la carrera uno tiene que devolver a la sociedad el granito de arena que nos brindó la educación pública y gratuita. Apostar y ayudar con las problemáticas que el país tiene y que vayan surgiendo y trabajar para un desarrollo sostenible y productivo para mejorar la calidad de vida de las personas”, manifiesta Lucas.
Vocación científica
Yamila Itatí Trinidad Sotelo tiene 25 años y es estudiante de 5to año de la carrera Ingeniería Industrial. Cuenta con una beca de Estímulo a las Vocaciones Científicas (Becas EVC – CIN) desde septiembre 2021, para la cual quedó seleccionada por orden de mérito.
Es una beca otorgada para estudiantes universitarios de grado que deseen iniciar su formación en investigación en el marco de proyectos de investigación acreditados, que se desarrollen en el ámbito de las instituciones universitarias públicas y que cuenten con financiamiento, en disciplinas científicas, humanísticas, tecnológicas o artísticas. “Mi proyecto de investigación es en el área de Ingeniería. Se denomina `Tecnología, el análisis del abordaje de herramientas de Producción 4.0 en PyMEs Locales´” explica.
Yamila también fue aceptada como becada por orden de mérito en la Beca de Inicio de Investigación (BIEI) para estudiantes de pregrado y grado 2021. “Fue al mismo momento que me aceptaron en la Beca EVC-CIN en el marco del “Plan de Fortalecimiento de la Investigación Científica, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en las Universidades Nacionales por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), pero tuve que optar por una, debido a que son incompatibles con cualquier otra beca de investigación. Tuve que presentar una nota renunciando a BIEI, porque ya había tomado posesión de la Beca EVC-CIN”.
“Estos tipos de becas ayudan a que pueda finalizar mi carrera, incorporar más habilidades en mi desarrollo personal y profesional, adquirir experiencias junto a los estudiantes y/o tutores e incorporarme a más proyectos”, sostiene la estudiante.
Sobre su proyección a futuro Yamila entiende que gracias a la carrera, tiene “una amplitud de ramas y tareas, pudiendo trabajar desde lo operativo hasta la gerencia” por lo cual le gustaría trabajar en el sector de la energía y/o tecnología: “Ya que estoy teniendo una sólida formación en ello, resolviendo problema y proponiendo soluciones creativas y eficientes. Tener un equipo de trabajo con la misma visión, mejorar la cultura empresarial, hacer un análisis de la situación de una empresa y las necesidades del mercado, optimizar procesos productivos, realizar mejora continua, integrar los elementos tecnológicos y científicos con la organización de la empresa, son unos de los elementos claves para mejorar el rendimiento de todo tipo de organización, y así logre desarrollarse, y expandirse”, afirma.
Por último, dice: “Me siento muy contenta porque estoy acompañada de mis seres queridos, docentes e instituciones en este hermoso camino de formación, y le doy gracias a cada uno de ellos por acompañarme en cada momento”.
Alicia Soledad Ferreyra Gomez tiene 23 años, es estudiante de 4to año de Ingeniería Industrial y tiene una beca de la Fundación Pampa Energía desde 2020. En este caso, se trata de una beca económica a través de la cual los estudiantes reciben un acompañamiento permanente a través de tutorías personalizadas y la participación en diferentes talleres en habilidades blandas y empleabilidad. Y con ello, apoyan la terminalidad educativa del estudiante en nivel secundario técnico y la inserción a la educación universitaria y terciaria de los adolescentes que viven en las comunidades en las provincias de Neuquén, Salta, Mendoza, Buenos Aires y Santa Fe.
“Las expectativas que tengo cuando concluya mi carrera son poder desempeñarme en la industria y encontrar solución a los problemas (empresas o pymes) y además seguir estudiando para ampliar mis conocimientos”, expresa Alicia.
Las experiencias de las y los estudiantes refuerzan la idea de que la inclusión educativa es uno de los caminos para lograr generar los y las profesionales que necesita nuestra comunidad.