— Nota publicada el 1 de abril de 2019 —
2 de abril, conmemoración del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas
por Andrea Romero y Julio Longa
¿Se puede pensar Malvinas más allá de lo que encierra una efeméride? La memoria constituye un baluarte para los pueblos, forma su identidad y le permite releerse cuando rememora los hechos. Reflexiones de excombatientes y de quienes investigan y piensan nuestra historia viva a 37 años del conflicto bélico.
“Nunca nos sentimos como un universo único; nosotros comenzamos a plantear todas las dificultades de la posguerra, las vivencias de haber hecho el servicio militar durante la dictadura y el comportamiento de muchos militares de las Fuerzas Armadas que dejó mucho que desear teóricamente formados para la defensa de la soberanía nacional”, sostiene Ernesto Alonso, secretario de Derechos Humanos del Centro Ex Combatientes de las Islas Malvinas (CECIM) de La Plata.
Los excombatientes conforman asociaciones civiles que reclaman y se movilizan. El CECIM es uno de ellos, una institución que tiene 36 años, y que como organismo de Derechos Humanos está conformado por exsoldados conscriptos y civiles.
Los integrantes de esta institución entienden “Malvinas” más allá del conflicto bélico. Haber vivido esa experiencia los llevó a involucrarse en la reconstrucción de lograr nuevamente la democracia, con una presencia desde su propia identidad. “Teníamos que hacer un proceso de comprensión preguntando qué nos había pasado a nosotros y qué le había pasado a la sociedad en su momento, pensando que Malvinas fue parte de ese contexto de dictadura militar”, sostiene Alonso y agrega que “es así como empezamos a ver la cuestión Malvinas situada en una línea de tiempo desde 1833, desde el mismo momento de la usurpación hasta la actualidad”.
Guillermo Ñañez es director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Florencio Varela y docente de la UNAJ, y entiende que “si bien se ha logrado un gran avance en políticas de inclusión de los veteranos de guerra en función de lo que significa Malvinas dentro de la soberanía argentina, las políticas de Estado deben no solo recordarlos sino ayudarlos a integrarse a la sociedad”. En este sentido, plantea que “hubo una época en la que los excombatientes debían vender estampitas en los colectivos sin embargo hoy vemos veteranos que ejercen distintas profesiones, también hay artistas y trabajadores de distintos oficios”.
En esta misma línea, para Mirta Amati, investigadora de la UNAJ, quien trabaja la construcción de nacionalismos y localismo en conmemoraciones y patrimonios desde una mirada nacional y local, “luego del proceso de desmalvinizacion y remalvinización, los excombatientes pueden verse como emprendedores de memoria y sujetos activos, corriéndolos del lugar de chicos, locos o víctimas”.
Esto se ve reflejado en las distintas ONG que constituyen los excombatientes. Carlos Orsini, secretario del Centro Veteranos Héroes de Malvinas de Florencio Varela, trabaja diariamente en las distintas problemáticas que deben afrontar: “esta organización tiene como objetivo central el reclamo por la pensión por veterano de guerra para que la puedan seguir cobrando nuestros hijos, como en otros países donde la cobran hasta la tercera generación, y la deuda de resarcimiento histórico, que Estado tiene con todos nosotros desde 1982 a 1991”.
El centro asiste con diversas consultas y trabaja sobre la problemática de los veteranos de guerra en salud, con consultorio médicos con clínicos, cardiólogos, psicólogos, psiquiatras, médicos de familia. Trabajan también en conjunto con la Federación de la Provincia de Buenos Aires, integrada por 40 centros de toda la provincia de Buenos Aires, con la Confederación de la República Argentina y con la Comisión Nacional.
Caminar en chancletas y para atrás
El secretario del CECIM Alonso asegura que “durante el gobierno anterior se avanzó en proyectos de carácter científico tecnológico; el desarrollo del proyecto Pampa Sur, la ley de creación de la primera área marítima protegida, la declaración de Ushuaia, el proceso de integración latinoamericana, el proyecto de UNASUR y que todo esto ha sido desandado por el actual gobierno”. Por eso lo ilustra considerando que “lo asimilo a caminar en chancletas y para atrás”.
Sobre esta situación, explica que además de los acuerdos firmados el 13 de septiembre de 2016 por nuestro país que “levanta todos los obstáculos económicos para el desarrollo de las Islas Malvinas en pesca, comunicación e hidrocarburos violando la Constitución Nacional, la Ley de pesca, de Hidrocarburos, se anuncian nuevos vuelos a las islas, los cuales garantizan el mejoramiento en las condiciones logísticas para la usurpación”.
Alonso asegura que “ya avanzaron en la explotación ictícola, vendiendo licencias en forma ilegal e ilegítima, la segunda fase que están planteando es la explotación de hidrocarburos y la tercera fase es avanzar sobre la Antártida, en contra de los intereses del pueblo argentino”.
El director de DDHH de Varela Ñañez coincide con este planteo: “hay que tener una idea de soberanía para hablar de Malvinas y la voz oficial del Estado está diciendo que no le importan esas islas. Entonces estamos ante un proceso en el cual, desde el gobierno y los medios hegemónicos, se están negando, desde una mirada económica, las riquezas naturales que tiene la región; desde lo social, el reconocimiento para los excombatientes; en materia de política exterior, también es un retroceso de lo que se había logrado en los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner”.
El Director de Derechos Humanos también afirma que nuestra sociedad “tiene incorporado que las Malvinas son argentinas, pero no es un tema de agenda por eso hay que imponerlo hay que visibilizarlo, seguir trabajándolo en las escuelas porque no es un tema que convoque a las masas sociales que hoy están más preocupadas en ver si pueden comer mañana”.