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Entrevista a Carlota Amante, por Marcia Muraco, alumna de Introducción a la Psicología.
Carlota Amante es Trabajadora Social.

Trabajo Social UNAJ

Durante el primer cuatrimestre de 2017 los alumnos de Introducción a la Psicología de la carrera de Trabajo Social de la UNAJ, para completar su entrenamiento, realizaron entrevistas a trabajadores sociales en servicio. La que aquí publicamos, es la primera de una serie de entrevistas seleccionadas.

–¿Qué te llevó a estudiar Trabajo Social?

CA: –Cuando yo era muy chica, tendría unos quince años, vino una trabajadora social a mi casa porque nosotros somos cuatro hermanos biológicos y la familia había decidido adoptar a un quinto hermano. Me gustó y dije ese día que iba a estudiar la carrera de trabajo social y así fue, hoy somos cinco hermanos (risas). Como los cinco éramos menores, el juez nos citó, y fuimos entrevistados por otra trabajadora social en el juzgado. Por eso fue la elección y es el día de hoy que no me arrepiento.

–¿Cambió con el tiempo tu mirada sobre el rol del trabajo social con respecto de lo que pensabas apenas empezaste a estudiar?

CA: –Muchos estudiantes de trabajo social entran con la idea de que van a hacer la revolución, bueno yo esa no la tuve. Siempre supuse que iba a poder ayudar a la gente en sus necesidades, pero tanto como la revolución no se me ocurrió pensarlo. A mí no me cambió la visión.

–Hablando un poco sobre tu trayectoria profesional, ¿cuál es la institución en la que te ha gustado trabajar más?

CA: –El Patronato de Liberados, totalmente, en donde trabajo actualmente. Soy subjefa de la sección que comprende al partido de Florencia Varela.

–Previo a eso, ¿habías trabajado en alguna institución parecida?

CA: –Si, estuve contratada en un instituto de menores y me gustaba mucho también.

–Respecto a trabajar con personas que cometieron algún delito, ¿cómo sobrellevas el tema del prejuicio?

CA: –Me molesta mucho que haya prejuicios, no es fácil, porque socialmente estas personas no están bien vistas, pero creo que es algo que puede pasarle a cualquiera porque acá nosotros trabajamos con personas que por ejemplo tuvieron una causa por accidente vial que es algo que hasta a mi me puede pasar, no estoy lejos de eso. Hay un prejuicio con el patronato. Yo pienso que no hay que tener prejuicios, errores siempre se cometen, hay que saber aceptar el error de otro. Hay que ver cuáles fueron las razones que llevaron a esa persona a cometer un delito, entender que estamos sujetos a un contexto dado y que difiere para cada persona.

–¿Que es lo que más te gusta de tu desempeño como trabajadora social?

CA: –Me gusta hacer visitas, caminar la calle, ver la realidad de la gente. Es la única forma de estar más cerca de la gente, conocer el contexto en el que viven.

–En relación al Estado, ¿qué pensás acerca de su intervención en las problemáticas sociales?

CA: –Me parece que al Estado hay cosas que se le han ido de las manos, que es abandónico, pero considero que nosotros también somos el Estado, porque trabajamos para el Estado y tenemos el deber de intervenir, somos responsables, tenemos que actuar sobre las personas que nos necesitan. Insisto, el Estado es quien se debe ocupar de muchas cosas, pero no tenemos que olvidar que también nosotros somos Estado. Nosotros estamos para resolver cuestiones que tienen que ver con la pobreza, eso no significa que podamos resolverlas completamente pero las podemos mejorar.

–Si tuvieras que ser crítica con la profesión, ¿qué señalarías?

CA: –Hoy me encuentro con colegas míos que si no hay nada material, ya sea alimento o un colchón para darle a la gente, se creen que no se puede hacer el trabajo social, es decir se van más para el lado del asistencialismo. Entonces en todo momento te dicen que “así no se puede trabajar”, “no tenemos nada para darle”. Para mí no es así, yo soy de dar, pero si no hay puedo seguir trabajando. Entonces lo que más criticaría sería eso que pasa en nuestra formación como profesionales y eso, me gustaría modificarlo.

–Para finalizar, qué podrías decirnos como consejo a los estudiantes de Trabajo Social sobre como cumplir nuestro rol en el futuro.

CA: –Yo digo siempre que uno tiene que hacer lo que le gusta y si no estás haciendo lo que te gusta hay que ponerle la mayor predisposición posible como me pasó trabajando en el gabinete de una escuela. Trabajé en la escuela de una villa muy compleja, donde los chicos en sexto grado no sabían leer ni escribir, no habían aprendido las tablas, entonces a mí me parecía que había que ayudarlos para que pudieran salir de esa historia y bueno ahí estudie otra carrera: psicopedagogía. Si bien el cargo era de trabajadora social, me dediqué a sacarlos del aula en grupos de dos o tres chicos y llevarlos al gabinete para enseñarles a leer. El mayor orgullo es que aprendieron a hacerlo y bueno esas cosas dejan una satisfacción personal.
Trabajo Social si no te gusta es una carrera muy pesada porque estás siempre con problemas, siempre. A esta profesión la amás o la odiás, es así.

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