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Por Lic Eliana Vasquez. Docente de Teoría de la Intervención I de la Lic en Trabajo Social de la UNAJ, Prof. Adjunta de la materia Política e Instituciones Educativas del Profesorado en Trabajo Social de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP y Directora de la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social de la DGCyE de la Provincia de Buenos Aires. [1]
La situación socio-sanitaria actual requiere el despliegue de políticas públicas de cuidado integrales que, en el ámbito del sistema educativo de la provincia de Buenos Aires, estén dirigidas a estudiantes, docentes, auxiliares y familias.
El aislamiento social preventivo y obligatorio ha modificado el espacio y el tiempo en el que desarrollamos nuestra actividad en las escuelas , con la consecuente reconfiguración de nuestra cotidianidad laboral, nuestras grupalidades y los modos en los que nos encontramos con los equipos de trabajo. Todos y todas estamos aprendiendo a construir otros espacios de encuentro que sean redes de sostén, ya que entendemos que la falta de presencialidad no implica la imposibilidad de la proximidad y la cercanía. Cuidar a los y las que cuidan es condición necesaria para sostener las políticas de cuidado hacia las infancias, juventudes y familias.
Por eso, desde la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social, Dirección de la que dependen, entre otros, los Equipos de Orientación Escolar de las escuelas, los Equipos Interdisciplinarios Distritales, los Equipos de Inclusión y los Centros Educativos Complementarios , implementamos un Programa Institucional Específico “Nos Cuidamos y Cuidamos a quienes cuidan”, con el objetivo de organizar la tarea de las estructuras territoriales de la Dirección, apelar a la creatividad para construir respuestas, renovar el compromiso político-pedagógico de la dirección y ensayar abordajes que promuevan lazos de solidaridad, empatía y cuidado.
Con este programa, buscamos otorgar a la situación sanitaria actual el valor de factor que condiciona el universo de las prácticas sociales; proponer lineamientos de trabajo a cada nivel de intervención territorial (central, supervisión, hacia los equipos);diseñar materiales que atiendan la variedad de destinatarios escolares y comunitarios, la mediación pedagógica y didáctica y el despliegue de dinámicas locales para la continuidad de las intervenciones y, promover el análisis de la disponibilidad territorial de recursos para optimizar la viabilidad de propuestas.
Todos estos objetivos y acciones basadas en la integralidad del cuidado deben seguir presentes aunque las prácticas no sucedan en el espacio físico de la escuela. Se apunta al desarrollo de estrategias para la conservación del vínculo pedagógico y la continuidad de aprendizajes que consideren la realidad de cada escuela, las posibilidades de las familias y el acompañamiento a cada docente.
La educación debe ser, ante la emergencia de la pandemia, una herramienta fortalecedora del vínculo de confianza pedagógica entre docentes, estudiantes, familias y comunidades. Pensemos el enorme aporte que allí hace el Trabajo Social, disciplina en la que nos formamos en la posibilidad de leer y reconocer las dinámicas territoriales, intervenir en los procesos sociales, identificar las expresiones de la Cuestión Social para que los abordajes sean más precisos, en algunas ocasiones desde intervenciones directas, en otras a partir del diseño de políticas públicas para dar respuesta a lo que se traduce como problemáticas sociales que afectan a las comunidades con las que trabajamos.
Así, la actual situación de emergencia sanitaria, una situación extraordinaria para nuestras vidas como personas e integrantes de cada comunidad educativa, nos impulsa a avanzar en definiciones de trabajo que acompañen situadamente esta excepcionalidad.
Con este marco nace el Programa institucional de Intervención de las estructuras territoriales de la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social “Nos cuidamos y cuidamos a quienes cuidan” , programa que se ancla en decisiones que son siempre políticas y que si pensamos desde la escuela no pueden dejar de considerar la dimensión pedagógica. Las mismas son: la Integralidad del Cuidado (se cuida cuando se enseña y se cuida cuando se interviene en situaciones de alta complejidad y de vulneración de derechos desde la corresponsabilidad y el enfoque de derecho), la Conservación del Vínculo Pedagógico, la cercanía como estrategia y la contextualización de la enseñanza.
Desde el Programa se despliegan algunos componentes. Para mencionar algunos de ellos, se elaboró una Guía de Actuación para los cuidados integrales ante situaciones complejas y/o de vulneración de derechos en el marco de la situación de aislamiento social, preventivo y obligatorio, se puso a disposición una Mesa de Ayuda en articulación con la Subsecretaría de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencia de Género para acompañar y brindar las primeras orientaciones en situaciones vinculadas a padecimientos provocados por la situación de aislamiento y se crearon los Equipos Focales Territoriales Educativos de Emergencia (EFTEE) en cada uno de los Distritos de la Provincia de Buenos Aires para dar las mejores respuestas desde una mirada distrital y en el marco de la articulación con otros efectores del Estado Provincial, Nacional y Municipal, como así también con organizaciones sociales.
Es en este momento histórico cuando se hace más evidente lo que en palabras sostiene Jorge Larrosa: la experiencia-acontecimiento es lo que transforma, “lo que nos pasa”, y no “lo que pasa”, es decir, “la pandemia” nos pasa a todas y todos, aunque esa condición de igualdad se conmueve frente a las condiciones estructurales/materiales y simbólicas que atraviesa a cada una/o.
Por lo tanto, es imprescindible la presencia del Estado para responder con una política pública de cuidados integrales considerando a todas/os y cada una/o, mirando también a quienes cuidan, para cuidar mejor.
Notas:
[1] Este artículo tiene como Base el Programa Institucional elaborado por la Dirección de PCyPS, Dirección de la que estoy a cargo por segunda vez, siendo el primer período el comprendido entre 2011 y 2015 y este segundo a partir del 16 de diciembre de 2019.
