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Por Darío D’Aquino. Concejal de Florencio Varela por el Frente de Todos. Secretario General del Sindicato de Trabajadores Municipales.

Reflexiones para una gestión a favor de los trabajadores

El propósito de estas líneas es intentar reflexionar particularmente sobre un tipo de desigualdad que ha existido históricamente y con la que aún convivimos en Argentina: la desigualdad en el mercado laboral.

Sin ahondar en detalles técnicos y estadísticos, ya conocidos por muchos de los lectores, desde un punto de vista amplio y aún sabiendo que las causas que la originan son diversas, considero que la principal es la de tipo cultural. Las prácticas culturales de la sociedad en la que vivimos son aquellas costumbres arraigadas, que rigen nuestro día a día y que en su gran mayoría tenemos naturalizadas.

En ese sentido, al observar la desigualdad laboral en Argentina, considero que el rol del Estado y la administración pública es muy importante para tratar de reducir o eliminar ese problema que aqueja a tantos trabajadores. Tomando como eje principal ese parámetro es bastante claro que, dependiendo del gobierno del momento y de las políticas de Estado que haya impulsado, muchas de las desigualdades y de la falta de derechos laborales se han disminuido o acrecentado. Hubo períodos en los que marcadamente la desocupación, la precarización y el desempleo crecieron de forma récord, y desde el Estado no se hizo nada para frenar esa tendencia. Por el contrario, en otras etapas se buscó de forma decidida mejor las condiciones de trabajo de todos. Es decir, el gobierno de cada período ha gestionado la temática laboral con una mayor o menor vocación de igualdad e inclusión.

Estoy convencido de que nada es ni ha sido producto de la casualidad, de que todas las situaciones son producto de las causalidades y de las construcciones y aportes que hacemos los ciudadanos. Por lo tanto, tomando a las personas como centro de la vida y ejerciendo un pensamiento humanista, creo debemos a abrazar la causa de gestionar desde inclusión de todos, especialmente de los sectores más vulnerables, lo que derivará directamente en mayor igualdad y justicia para la sociedad en su conjunto.

Me parece importante destacar que esto no debe pensarse solo desde el punto de vista político e ideológico. Debemos asumir ese causa desde lo más profundo de nuestro ser como una forma de vida, como una vocación cotidiana que parta desde el convencimiento verdadero de que la Patria es el otro.

En nuestro país, las políticas llevadas adelante por gobiernos neoliberales han propuesto poner al capital como centro y casi único modo de vida de las personas. Así, han instalado además la perversa idea del individualismo egoista, tratando de validar que solo el esfuerzo propio es el que sirve, y separándolo del contexto social general. Entiendo que esto es falso, ya que como dijo Juan Domingo Perón, “Nadie se realiza en una comunidad que no se realiza”.

Es cierto, nadie niega que somos seres individuales, pero vivimos en sociedad con la cual además debemos necesariamente interactuar de manera permanente y de forma responsable. Y es allí es cuando entra en juego el valor de una gestión estatal que propugne por la inclusión y que genere diversos escenarios de inclusión para que todxs puedan tener mayor igualdad de oportunidades de vida.

A pesar de de que este pareciera un razonamiento sencillo y simple de expresar, no es tan sencillo llevarlo a la práctica ni generar consensos para que todos tiremos para el mismo lado.

Por eso creo firmemente que es importante no dejar pasar las oportunidades, que es fundamental aprovechar las etapas en que las políticas públicas están orientadas a la inclusión en sus diversas variantes, a la ampliación de derechos para todos, a generar acciones tendientes a la justicia. Necesitamos también, un diálogo fluido y comprometido entre los gobiernos y quienes representan y defienden los intereses de los trabajadores: los sindicatos, federaciones y confederaciones. También, necesitamos diálogos fluidos con quienes producen, comercian y emprenden en suelo argentino. De esta manera, sin duda, construiremos acuerdo multisectoriales que tiendan a generar mayores grados igualdad e inclusión de manera atemporal y continua.

Estamos ante una oportunidad histórica para la clase trabajadora y para el pueblo argentino. Debemos ser capaces de hacer que aquello que parece obvio y muchas veces no lo es, se convierta en una realidad efectiva. Es nuestro compromiso impulsarlo, convencer a otros y mostrar que nuestro pensamiento se traduce en acciones concretas y tiene como único objetivo la construcción de una Patria justa, libre y soberana que nos incluya a todos.

Universidad Nacional Arturo Jauretche
Calchaquí 6200 (1888), Florencio Varela, Pcia. de Buenos Aires, Argentina
Tel: +54 11 4275-6100 | www.unaj.edu.ar

ISSN 2545-7128

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