—Nota publicada el 31 de agosto de 2016—
En el marco de la asignatura Articulación Comunitaria de la carrera de Medicina se realizó un seminario abierto sobre «Religiosidad popular, creencias y vida cotidiana», a cargo del sociólogo y doctor en antropología social Pablo Semán.
Investigador del CONICET y del Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de San Martín, Semán analizó el fenómeno de las iglesias evangélicas pentecostales, su significado en el contexto del conurbano bonaerense y qué papel cumplen en relación con la cuestión de la salud.
Semán abordó el fenómeno de la emergencia y expansión de la religión pentecostal entre los sectores populares del Gran Buenos Aires a partir de tres factores: el sistema de la cura, la evolución del catolicismo y la evolución de la propia iglesia pentecostal.
Acerca del primero de los tres factores, el sistema de curaciones, dijo que la creencia en el poder de cura “revela la existencia de una perspectiva cosmológica” que cuestiona la separación entre “más allá y más acá”, y que es compartida por parte importante de la población “que no comparte esta división”.
La importancia de comprender estas creencias por parte de los estudiantes de medicina radica en que este sistema, el de los curanderos y las curaciones caseras, es “el primer lugar, el primer lenguaje, donde los sujetos de los sectores populares aprenden nociones para pensar el sufrimiento, las dolencias, la enfermedad”, sostuvo el sociólogo.
Al describirlo, se refirió a las operaciones asociadas al sistema de la cura, que pueden ir “desde la propia relación de la persona con el curandero, hasta las recetas, la manipulación y la palabra, que casi siempre incluyen una oración religiosa”.
El avance de los pentecostales se da en un contexto de distanciamiento del mensaje de la iglesia católica de las masas populares que Seman atribuye a dos movimientos al interior de la iglesia católica: un primer momento previo a la década de 1950 que intentó “romanizar” el catolicismo, que implicó una centralización y homogeneización “desde arriba” que “tendió a acentuar la distancia entre los católicos y las bases sociales” a las que iba dirigida su mensaje; y por otro lado un segundo movimiento constituido por la Teología de la liberación.
En este contexto, y en el de una transformación demográfica del Gran Buenos Aires, los pentecostales reivindican “la actualidad de los dones del Espíritu Santo”, explicó Seman.
“Esa idea en la Argentina se articuló con la idea de Sanidad Divina”, agregó. Lo cual los convirtió en “curanderos poderosísimos porque no sólo invocaban sus dones sino los dones divinos”.